Hace unos días la vida de Ana Karina Ramos Corniel parecía tener un inminente final. Con un disparo de arma de fuego tipo perdigón, múltiples heridas de arma blanca y más de “2,000 gusanos”en su cuerpo, según médico, era seguro que moriría, pero ella no estaba dispuesta a ceder y hoy, aunque su situación sigue siendo delicada, continúa esforzándose para mantenerse con vida.
“Está estable dentro de sus condiciones de cuidado, tiene una lesión a nivel del tórax posterior producto de la herida con el arma tipo perdigón. Se sigue evaluando y esperando que su recuperación sea satisfactoria, dentro de los cuadros”, manifestó el director del Hospital Doctor Vinicio Calventi, José Alfaro.
Ramos Corniel de 27 años, llevaba tres días cuando la encontraron en estado agonizante en un terreno baldío ubicado en el kilómetro 32 de la autopista Duarte, municipio de Pedro Brand, provincia Santo Domingo y ese mismo periodo lleva ingresada en este hospital.
La víctima tiene dos niñas pequeñas de 4 y 2 años, una de ellas vive con la abuela y la otra permanecía bajo el cuidado de Ramos.
Con heridas en zonas como el cráneo, la frente, glúteos y el brazo, las cuales estuvieron en contacto con la tierra y generaron los insectos en su cuerpo, la hermana de la víctima, María Paulino, dice que “es un milagro que este viva”.
“Es un milagro de Dios, ella luchó por su vida, es una guerrera. Ella está ahí, no tan bien que digamos, pero está luchando’’, dijo la hermana mientras respiraba profundo.
¿CÓMO OCURRIERON LOS HECHOS?
La hermana de la víctima indicó que esta le dijo que el agresor la contactó para que fuera a limpiar su casa, pero que una vez ella hizo el trabajo, este quiso propasarse con ella, a lo que se negó.
“Parece que ahí fue cuando él le dio el tiro en la espalda, en el costado izquierdo”, afirmó Paulino.
El presunto agresor fue identificado como Eduardo Antonio Guerra García, de 41 años, quien se desempeñaba como vigilante privado hasta el momento en que la Policía Nacional llevó a cabo su apresamiento.
Mediante un comunicado, la entidad estableció que Guerra García agredió a la joven Ramos Corniel con un arma cortante y con la escopeta marca EGE, calibre 12, serie número 55344, propiedad de la compañía de seguridad para la cual laboraba.