Salsa de alto nivel en jaragua con Papo Lucca y la Sonora Ponceña

Santo Domingo. La buena música para los que gustan del buen sonido y canciones emblemáticas, tienen un plato fuerte para el 16 de febrero en el Teatro La Fiesta del hotel Jaragua,  con la actuación de Papo Lucca y la Sonora Ponceña en el concierto a gran noche de la salsa.

Se trata de una leyenda musical a ritmo de salsa que va rumbo a los 70 años de trayectoria, oriunda de Puerto Rico, orquesta que viene por primera vez a la República Dominicana, donde el público tendrá la oportunidad de disfrutar de sus grandes éxitos.

Bajo la producción general de Valenzuela Productions, de Amable Valenzuela, destacó que se trata de un show para los amantes de la salsa clásica, aquellas que llenaron una época de gloria de este género musical.

Éxitos como “De qué callada manera”, “Ramona”, “Se formó”, Canción”, “Timbalero” y otros más, serán parte del repertorio que tiene preparada para los dominicanos La Sonora Ponceña.

Mientras que de República Dominicana estará dando lo mejor de su música el salsero Michel, quien desde principios de la década del 2000 se ha mantenido con mucha presencia a escala nacional e internacional.

Eses tipo soy yo, Mi todo, Cuando los sapos bailen flamenco, Amor eterno, Víveme, Extrañándote, Amiga mía, Mi primavera, No me doy por vencido, La playa y Aprendiz, son canciones a ritmo de salsa que Michel tiene para compartir con su público el 16 de febrero en el Teatro La Fiesta del Hotel Jaragua.

Las boletas están a la venta en la plataforma de Uepatickets.

Su historia

En 1944 Enrique «Quique» Lucca Caraballo formó una agrupación musical en Ponce, Puerto Ricobautizándola con el nombre de «Orquesta Internacional» que no tuvo el éxito que esperaba. En febrero de 1954 reunió de nuevo al grupo llamándola Sonora Ponceña con un repertorio de temas de Arsenio Rodríguez, la Sonora Matancera y el Conjunto Casino haciendo su primera presentación el 20 de abril de ese año.

En 1968 graban su primer disco de 33 RPM llamado Hacheros Pa’ Un Palo que contaba con los arreglos hechos por el hijo de «Quique», Enrique Arsenio, conocido como Papo Lucca. El disco fue un éxito en Nueva York al igual que su segunda grabación, llamada Fuego en el 23, que fue realizada en 1969.