El tenor italiano Andrea Bocelli llenó el Estadio Olímpico de elegancia en el concierto que ofreció la noche del sábado con la Orquesta Filarmónica de Santo Domingo, bajo la dirección de Carlos Bernini.
Ante un público procedente no solo de la capital, sino también de otras partes de República Dominicana y de países cercanos, Bocelli, vestido de esmoquin, salió al escenario (después de que la Filarmónica interpretara “L’arlesienne”, de Georges Bizet) para comenzar su actuación musical con los clásicos “La donna è mobile” de “Rigoletto”, de Giuseppe Verdi.
El espectáculo estuvo dividido en dos partes claramente diferenciadas: la primera centrada en la ópera y la opereta (en algunos temas acompañado de la soprano cubana María Aleida) y la segunda, en canciones más populares en español e italiano junto a Carolina Rial y su hijo Matteo Bocelli.
En la primera parte pudo escucharse a “La fille du régimen” y “La mia Letizia” de “I Lombardi”. Con María Aleida, Bocelli cantó temas de “La viuda alegre” de Franz Lehár, “La Bohème” (‘O soave fanciulla’) de Giacomo Puccini, “La Traviata” (‘El brindis’) de Verdi, este último acompañado por las palmas que pidió al público el director Bernini.
La zarzuela también estuvo presente en la voz de Aleida con “Me llaman de la primorosa” de “El barbero de Sevilla”, de Gerónimo Giménez y Manuel Nieto.
En todo el concierto, con el que Bocelli celebra sus 30 años en la música en el que se hizo acompañar por más de 70 músicos, siempre estuvo presente la flauta de Andrea.
Cabe destacar, además del gran papel de la Filarmónica de Santo Domingo, hubo una pareja de bailarines que llenaron el escenario de elegancia.
La segunda parte del show fue de canciones más populares desde que la orquesta comenzó a tocar distintos temas de “West Side Story” de Leonard Bernstein, con la silueta al fondo de la ciudad de Nueva York.
Bocelli continuó con la napolitana “Funiculi, Funiculà” y entre los aplausos del público, dio paso a canciones en español como “Amapola”, “Granada”, “Bésame mucho” y “Aranjuez”.
Tampoco podía faltar, junto con Carolina Rial, su “Vivo per lei”, para después protagonizar con su hijo, según sus propias palabras “un momento muy especial” con “Fall On Me”.
Bocelli quiso ofrecer un gran final a un público en pie que se resistía a irse tras dos horas de concierto y lo consiguió con el “Nessun Dorma” del “Turandot”, de Puccini.